el miedo es total. te somete, completamente.
veo la tele. son las 3:43 de este viernes que se hace sábado.
esta noche comí la comida que más quise, tomé vino en la soledad de mi pieza, fumé un cigarrillo atrás del otro y me dejé hundir en el miedo, para pensarlo, para saberlo.
el tiempo sola te deja volar hasta las ideas que más valen.
es oficial: hay divorcio después de algunos años del equilibrio de la pareja.
ser sola de vuelta, casi como si nunca hubiese dejado de serlo.
todo se rompe todo junto. los platos se rompen, las sillas se rompen, se rompe el escritorio y el calefón no prende.
de repente, me golpea la certeza: yo no tengo el miedo a estar sola. mi miedo es ser triste. ser sola, triste y reventada.
que pasen los años y me deje estar en los caprichos simples de una vida burguesa media, y al fin, me muera.
el terror es inminente cuando veo mis costados y presencio la vida de mujeres solas que se bastan a si y que aún buscan en los otros cosas que no encuentran en si mismas.
yo veo más allá. tengo el ojo entrenado.
tipeo casi que sin mirar el teclado y de repente, la luz: es más fácil salir afuera que quedarse dentro.
mis proyectos son estos. escribir, contar, mirar. ver entre la gente las palabras rotas y pegarlas.
ver mucho más, conocer parís, entender la verdad en las cosas, leer a foucalt, enseñar historia.
mi vida es mi misma. mi sola conciencia tipeando de madrugada en mis 3 ambientes de once. porque es en esta ventana que hoy me encuadra que existo. si miramos las ventanas de nuestros vecinos descubrimos que el mundo que nos contiene nos hace únicas, pero también pequeñas.
a nadie le importa, nadie te mira, pocos te entienden.
ya no soy la adolescente acomplejada que luchaba ingenuamente por una pertenencia en lo ajeno.
con el tiempo he construído mis propios faros y cuando el mar azul me pierde, los busco y me hallo.
por un momento todo es tan claro y justo después vuelvo a perderme en este existir en un lugar torpe que elije premiar las conciencias inconcientes.
yo no celebro el altruísmo, no creo en el solemne, pero a veces cuando presencio la injustica, no logro alzar mi voz y me siento tan errada.
los hijos de puta caminan entre nos y están por todos lados. en los forros que les gritan a la moza los sábados a la noche porque no les trae rápido la cuenta, en el maltrato por que sí, en el egoísmo de todos los días.
desnudarme para entrar al mar, hacer lo que me place, esa es mi lucha. y decir que no cuando no quiero, y decir que no está bien algo cuando así lo sienta.
vale decir. vale hacer saber. vale todo. y vivir para contarlo.