en fin. el principio es siempre igual. más o menos las cosas se suceden dejándose entender entre las líneas de lo que escapa a lo voluntario. las gentes decimos sin decir queriendo.
me dijo, le dije. nos dijimos.
hacerse la cabeza, propiamente.
hacerse dibujitos de colores, historias pintadas a mano. pensar todas las respuestas posibles a una pregunta inventada, círculos o espirales de imaginación a baldes que riega una sensación que parecía gustarme. idea de las cosas. y las cosas nunca son lo que una sueña.
pesa menos la desilusión que pararte en el pedestal de la verdad y afirmar, sabiamente, que nunca nunca nunca te equivocás en una primera impresión.
sabías desde antes. sabías entonces y, claramente, sabes también ahora.
en fin. el fin del principio es simple. yo esperaba más sustancia que estructuras complejas de histeria enredada. lo difiícil esta llegando.
la certeza ha llegado para quedarse. y desde mi pedestal dejó revelar la verdad absoluta. es el principio de un enriedo. todos y todas con el lápiz en la mano. que empezó la historieta.
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